jueves, 13 de mayo de 2010

Y los panchos, contentos

A pesar de que sé por esta extrema sabiduría que me caracteriza que al menos el 60% de los argentinos son pelotudos y comen vidrio, ciertas cosas me siguen cacheteando el culo de sorpresa. Gracias a Dior (que si vivís en Banfield, te mira en directo desde el cielo) que no veo televisión muy seguido, así me evito la mayoría de los preinfartos que podría tener en una sola jornada. Ayer, sin embargo, vi una publicidad en algún corte de algún programa de mierda seguramente, que tenía que ver con algo de lo que ya está al tanto todo el planeta:


Y con tu firma te llevás un pin para que el nuevo Pájaro Nacional sea Claudio Paul


Sin tener más contexto que ese, ya me había parecido una gronchada purulenta. Después me enteré que un honorable Senador Nacional (un santiagueño Radical, Alberto Rached ponele que se llama) hasta envió su proyecto de ley al Congreso para que esto se lleve a cabo de una vez, y me preguntaba hasta dónde llega por marketing una manga de pelotudos que se pone una empresita, y cómo es que los legisladores de este país tienen tiempo para redactar proyectos de ley para mogólicos, en lugar de hacer uno o dos, por lo menos, que le hagan un poco bien a nuestra patria bananera. Cuando se les pidió que participen de los debates, que tengan iniciativas, no significaba que podían presentar como proyecto la primera idea que tuvieron mientras estaban sentados en el inodoro.

Que el Pato deje de ser Deporte Nacional para ser reemplazado por el Fútbol gracias a una campaña publicitaria irresponsable y a un Senador con mucho tiempo de recreación, no es una tragedia tan tragedia en realidad. Lo asqueroso es el antecedente (otro más) que deja para el pisoteo de la identidad, las tradiciones y todo lo que es propio, sólo porque a 5 monchos que se les para la pija viendo Fútbol de Primera les parecía que el fútbol "es más representativo de los argentinos". Conclusión: Váyanse todos a cagar.